Hace poco tiempop estuve en Buenos Aires, y debido que la intensa lluvia me impedia pasear, decidí gatear y participar de un trío.
Parece que muchos tenían la misma idea pues no encontré escort disponible entre las elegidas.
Finalmente decidí conocer a Caro y Lucy, masajistas. Ellas trabajan en Esmeralda 933, un apart hotel que está frente a las 2 nuevas torres de vidrio.
Con ese dato, no se ´pueden perder.
Obviamente, en un lugar como éste, por seguridad, piden DNI al entrar.

Una vez en el lugar, ellas te abren la puerta y encontrarán una cama doble y una camilla.
Una ducha normal, sin bañadera y con agua caliente muy rica. Luego de la ducha, derecho a la camilla.

Una vez en el lugar te preguntan qué tipo de masajes querés, y además, si aceptás masaje prostático.
Por las dudas, pregunto si el masaje prostático a cuatro manos ambas meten dedo al mismo tiempo. Les aclaro que solo un dedo y por favor
una sola a la vez y me responden como ALF, "no hay problema".

Mientras comienza el masaje comienzan a charlar entre ellas, una conversación muy rara sobre BRIGADA A, ¿recuerdan esa serie?
Pero a mi no me importaba, me estaba relajando tanto que podían hablar sobre libros de Isaac Asimov que no me hubiera dado cuenta.
Me pasan luego cuatro lolas desde las piernas hasta los hombros y despues escucho "DATE VUELTA".
Lucy me hace un Pete hermoso y Caro pone sus lolas a mi entera disposición, yo tocaba y chupaba, tocaba y chupaba.

Nos fuimos todos a la cama, pero penetré solamente a Lucy. Primero estuve abajo siendo cabalgado.
Luego, al cambiar arriba, Caro me ofreció nuevamente sus pechos. Yo bombeaba y chupaba. Bombeaba y chupaba.
Luego de eyacular, me llevan a la cama y me dan un masaje mas suave mientras conversamos.
Me preguntaron si ya estaba listo. 

¿Listo para qué?
Para el dedito en el culito, chiquito. ¿Para qué va a ser?
Sí, estoy listo.
¿Y a cual de las dos querés?
A ambas, no quiero que haya celos. Pero de a una a la vez.

Las chicas cumplieron muy bien.
Hasta ahora solo habia recibido masaje prostático solo dos veces, distintas chicas, distintas ocasiones.
Esta vez, unos minutos con cada una. Dos chicas, doble placer.

Se terminó el horario y debí darme una nueva ducha para quitarme transpiración y aceite.
Me dieron un beso de despedida y una palmadita en el trasero cada uno y me fuí al cine, relajado y satisfecho.

El regalito de las chicas de de $25.000 media hora, $35.000 una hora.